Hace un tiempo un profesor nos decía en clase que la libertad personal era muy vulnerable, se podía perder con facilidad sin darnos cuenta. Contó el anécdota de un muy buen amigo de él que le era infiel a su esposa. Vivía angustiado aquel amigo, tanto que sus días eran tensos tratando de ocultar su relación, era tal su situación que en las noches no podía dormir bien porque tenía la idea fija que en cualquier momento su amante le llegaría a su casa para presentarse frente a su esposa o el hecho de pensar que una simple llamada delataría todo. Las adicciones condenan decía un adicto y que verdad hay en ello. Las mentiras nos hacen prisioneros, por tanto hay que seguir mintiendo para ocultar la verdad. Para la reflexión.
Mil bendiciones para ti, en amistad.
Arnaldo López Vivas.
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